realizada en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, el 30 de noviembre de 1973
"Señores: Es para mí un verdadero placer poder intervenir en esta forma, aunque sea indirecta, en un acto que presupone retomar pasos ya dados hace muchos años.
Dice Plutarco que un día pasaba un circo cerca de donde estaba Licurgo y le invitaron a ver la función. Preguntó entonces Licurgo qué tenía de notable ese circo, y le respondieron: “Hay un hombre que imita maravillosamente al ruiseñor”. “Sí yo he oído al ruiseñor”, expresó Licurgo, como única contestación.
Al tratarse de esto, señores, yo creo que puedo hacer también oír al ruiseñor, porque hace treinta años –ya cumplido el pasado 27 – fui designado secretario de Trabajo y Previsión. Esto sucedía por primera vez, en un país donde había un Ministerio de Agricultura para cuidar a los animales y a los vegetales y no había uno de Salud Pública para cuidar a los hombres. Eso hacía cierto aquello de que teníamos toros gordos y peones flacos. Vale decir que en 1943, cuando comenzamos a trabajar en todos los aspectos de la previsión social, el país carecía totalmente de ella.
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