sábado, 8 de noviembre de 2008

Nuestras fuentes de información

COMPAÑEROS:

Creo que vale la pena darle difusión a nuestra propia prensa e informaciones.
La prensa canalla es imposible de leer sin sentirse basureado y engañado. Mienten y tergiversan todo.
Ocultan noticias, resaltan delitos comunes como si fueran producto de las políticas de estado, sus editorialistas defienden permanentemente los intereses sectoriales oligárquicos.
Estoy convencido que tenemos que asumir estas iniciativas, independientes de los grandes medios, como nuestras fuentes de información. y los análisis que necesitamos para acercarnos a la comprensión cabal de qué es lo que pasa en el mundo y en nuestra sociedad.
Lo único que evitará que, otra vez, los sectores retrógrados y proimperialistas usurpen el gobierno de la nación es nuestra participación cada vez más organizada y consciente.
Y una cosa está inevitablemente ligada a la otra; es imposible organizarse si no tenemos la información necesaria que motorice la inteligencia y la voluntad.
Nuestros militantes y dirigentes son de una calidad excepcional, producto de un pueblo mayoritariamente educado y experimentado. Sus actividades políticas y sus luchas por los espacios se enmarcan dentro del normal desarrollo de la democracia de partidos.
Esta actividad normal y legítima no alcanza para sostener el Estado democrático cuando el aparato político/periodístico/militar de la minoría canalla se lanza a la toma del poder.
Y es ahora cuando estamos en pleno proceso desestabilizador.
Comenzó, exactamente al día siguiente de las elecciones que consagraron a Cristina como Presidenta cuando lanzaron la operación de la valija en Miami.
La realidad es la única verdad.
El poder de los medios está en manos de los enemigos de la Nación y consigue manipular la opinión de los sectores medios/altos, los más atrasados ideológicamente, pervertidos por el individualismo y los prejuicios antipopulares. Estas clases medias, vacuas e indefinidas, fueron y son la base social minoritaria en donde se apoyaron y apoyan todas las fechorías de la oligarquía.
Son 'la opinión pública' a la que echan mano los periodistas corruptos para justificar sus artículos llenos de maldad y mala fe.
¿Cómo se formarán estos serviles? ¿cuál sera la alquimia intelectual, moral, que les permite ser tan corruptos sin inmutarse?.
Yo comprendería a un periodista fascista, sus motivaciones, sus intereses. Pero no comprendo la pasion antipopular de estos esbirros.
Por eso cumpas les ruego que participen con sus opiniones en cualquier medio, que permita difundir el ideario popular y las creativas iniciativas de la militancia.
Inventemos en cada lugar las formas organizativas que nos permitan sostener la lucha por el progreso social y el Peronismo del trabajo.

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